Cómo construir marcas potentes
Es cierto que no existe una fórmula para encontrar un buen naming, pero de alguna manera se requiere una estrategia.
Empieza analizando qué tipos de nombre utilizan las empresas de tu misma categoría. Luego mira los nombres que usan las empresas de sectores relacionadas. Si tienes un restaurante, por ejemplo, busca negocios que vendan alimentos, bebidas o comidas preparadas.
¿Análisis terminado? ¡Descarta los tipos de brand names que sabes que NO usarás y comienza a crear!
Algunos de los tipos de marcas más populares son:
- Descriptivo – el nombre se basa en una descripción literal
- Nombres compuestos – el nombre surge de la unión de dos conceptos existentes
- Resumen – nombres inventados
- Evocativo – el nombre está inspirado en un concepto conocido (relacionado o no con el negocio)
Teniendo en cuenta el análisis previamente realizado, anota cualquier nombre que te venga a la mente. Absolutamente cualquier cosa.
Una vez terminada la lluvia de ideas o brainstorming, Mix and Match! Combina las palabras, piensa sinónimos, derivados o incluso antónimos. Crea hasta que esa lista con conceptos sin sentido empiece a tomar forma.
De la lista restante, elige aquellos que sean más memorables y que mejor se adapten a tu propuesta de valor. Comprueba si se han utilizado anteriormente o no y si los dominios correspondientes están disponibles. Probablemente esa lista que tenías acabe reducida en un 80%.
Valora el resto de nombres en función de su adecuación al mercado y pon los mejor valorados en contexto. Observar cómo cada brand name suena en situaciones reales te ayudará a tomar la decisión final.
La regla 80/20
Como ves, el proceso de naming de una marca no es un proceso puramente creativo. En realidad es un proceso analítico con un 20% de componente creativo.
El peso de la parte analítica puede resultar sorprendente, pero el naming debe ser suficientemente representativo. Los consumidores deben poder identificar quién eres y qué haces solo leyendo el nombre de la marca.
Desmitificando mitos
Breve, único, legible, fácil de pronunciar, visualmente atractivo… estamos seguros de que has leído estas pautas antes. Lo sabemos porque durante la última década, se han ido estableciendo como normas, pero no lo son.
Los namings deben ser memorables, y si eso implica crear nombres largos o ilegibles, entonces hazlo. Como se suele decir… las reglas están para romperse.