En un mundo ideal, toda marca debería tener una imagen y estrategia bien definida antes de su lanzamiento. Pero un mundo ideal está muy lejos del mundo en el que vive un emprendedor.
Es por tanto normal encontrarse con marcas que han empezado su actividad comercial sin una estrategia de marca bien definida.
Eso no quiere decir, sin embargo, que tener una estrategia de marca no sea necesario. Todo lo contrario. Es indispensable, especialmente si “crecimiento” es uno de los objetivos de la empresa.
Una buena imagen o estrategia de marca genera confianza. La confianza, a su vez, atrae a clientes leales, los cuales terminan apoyando y recomendando la marca a su entorno de forma frecuente. Son esas recomendaciones las que animan a muchas personas a convertirse en clientes.
Además, cuanto más se tarde en invertir en marca, más probable será que se termine invirtiendo en un rebranding de la que se supone que es una marca inexistente. Por tanto, si tienes la oportunidad de desarrollar la imagen y estrategia de marca antes del lanzamiento de tu marca, hazlo.